Terminó una racha de seis triunfos consecutivos y no hubo podio. Además extrañó a Matías Sandes que no estuvo por lesión.
Sebastian Galligo / De la redacción de OVACION
Sebastian Galligo / De la redacción de OVACION
Sionista jugó mal, extrañó a Sandes, ausente por lesión y se ante un gran equipo. Ese combo hizo que perdiera una racha de seis triunfos consecutivos. Porque Libertad le ganó bien anoche en Paraná por 81 a 64 por la 18° fecha de la Liga Nacional.
El equipo de Paraná sigue en la cuarta ubicación y volverá a jugar en Paraná el fin de semana ante Quilmes y Lanús.
LO MÁS FLOJO. El primer cuarto fue muy pobre. Nueve jugadores pasaron en 8 minutos de juego; una muestra de los enormes problemas que tuvo el equipo. Vulnerable en defensa y desprolijo en ataque pagó muy caro el costo y llegó a perder por 17 puntos en el parcial (25-8) que terminó 25-10. Libertad aprovechó todas las licencias y lastimó desde todos los sectores de la cancha con un goleo repartido.
LA REACCIÓN. Golpeado anímicamente llegó a perder por 22 puntos (37-15) y cuando se jugaban 4’ del segundo chico cambió la cara. Un par de buenas defensas y dos contragolpes le dieron confianza y a partir de allí dominó el juego. Le llegó la bola a Zilli y el pivote comenzó a ganar el poste bajo (marcó 12 en el primer tiempo) y a repartir la bola desde allí. Ramiro Iglesias le imprimió velocidad y determinación (fue el jugador que más rebote tomó en el equipo de Paraná) y contagió al resto. Y claro, mejoró la defensa. En consecuencia lo que parecía una paliza terminó 28-21 a favor del local que quedó a 8 (38-46) y en juego.
PARIDAD. El tercer chico no tuvo un dominador absoluto. Fue cambiante y reñido. Lo mejor de local estuvo cuando promediaba el chico y se puso a cinco puntos. Porque apreció el desequilibrio de Villegas, la velocidad de Cequeira y el sacrificio de Hure. Lo mejor de la visita pasó por las manos de Treise. Cuando el base se desprendió rápido del balón o buscó el aro el equipo fue más incisivo. Y en el cierre del parcial llegó a sacar 11 puntos (57-66).
SIN GOL. A pesar de la diferencia de 13 puntos en 2’ de juego del último parcial (70-57) nada parecía definido. Porque además en respondió con un parcial 7-0 y se puso a 6 puntos con 6’ por jugar. Dio toda la impresión de que iba a terminar de consolidar su juego. Sin embargo fue solo eso: los únicos puntos que iba a marcar en el chico. La inestabilidad individual y la jerarquía de Libertad dilapidaron todo tipo de posibilidad de revertir el resultado. Y en ese lapso como en gran parte del partido resultó difícil ponerle un nombre propio porque Libertad es un equipo y así jugó.
SIN SANDES. Matías Sandes no pudo recuperarse de la lesión en el tobillo derecho que sufriera en el partido ante Quimsa disputado el viernes. A pesar de que terminó jugando ese encuentro, probó hasta último momento, pero no llegó.
diario uno
El equipo de Paraná sigue en la cuarta ubicación y volverá a jugar en Paraná el fin de semana ante Quilmes y Lanús.
LO MÁS FLOJO. El primer cuarto fue muy pobre. Nueve jugadores pasaron en 8 minutos de juego; una muestra de los enormes problemas que tuvo el equipo. Vulnerable en defensa y desprolijo en ataque pagó muy caro el costo y llegó a perder por 17 puntos en el parcial (25-8) que terminó 25-10. Libertad aprovechó todas las licencias y lastimó desde todos los sectores de la cancha con un goleo repartido.
LA REACCIÓN. Golpeado anímicamente llegó a perder por 22 puntos (37-15) y cuando se jugaban 4’ del segundo chico cambió la cara. Un par de buenas defensas y dos contragolpes le dieron confianza y a partir de allí dominó el juego. Le llegó la bola a Zilli y el pivote comenzó a ganar el poste bajo (marcó 12 en el primer tiempo) y a repartir la bola desde allí. Ramiro Iglesias le imprimió velocidad y determinación (fue el jugador que más rebote tomó en el equipo de Paraná) y contagió al resto. Y claro, mejoró la defensa. En consecuencia lo que parecía una paliza terminó 28-21 a favor del local que quedó a 8 (38-46) y en juego.
PARIDAD. El tercer chico no tuvo un dominador absoluto. Fue cambiante y reñido. Lo mejor de local estuvo cuando promediaba el chico y se puso a cinco puntos. Porque apreció el desequilibrio de Villegas, la velocidad de Cequeira y el sacrificio de Hure. Lo mejor de la visita pasó por las manos de Treise. Cuando el base se desprendió rápido del balón o buscó el aro el equipo fue más incisivo. Y en el cierre del parcial llegó a sacar 11 puntos (57-66).
SIN GOL. A pesar de la diferencia de 13 puntos en 2’ de juego del último parcial (70-57) nada parecía definido. Porque además en respondió con un parcial 7-0 y se puso a 6 puntos con 6’ por jugar. Dio toda la impresión de que iba a terminar de consolidar su juego. Sin embargo fue solo eso: los únicos puntos que iba a marcar en el chico. La inestabilidad individual y la jerarquía de Libertad dilapidaron todo tipo de posibilidad de revertir el resultado. Y en ese lapso como en gran parte del partido resultó difícil ponerle un nombre propio porque Libertad es un equipo y así jugó.
SIN SANDES. Matías Sandes no pudo recuperarse de la lesión en el tobillo derecho que sufriera en el partido ante Quimsa disputado el viernes. A pesar de que terminó jugando ese encuentro, probó hasta último momento, pero no llegó.
diario uno
